martes, 18 de mayo de 2010

Armas de juguete: sí o no?
Me compras un revólver, ma? - ¿Por qué mejor no elegís uno de esos rompecabezas? - No, yo quiero ese revólver. Vos me prometiste que un día me lo ibas a comprar y después siempre me decís que no.
-Porque me parece que hay juguetes más lindos que te pueden gustar más.
-iPero yo ya te dije que quiero un revólver!
Es frecuente que las madres, al igual que la mamá de Juan Pablo, de 4 años, se encuentren en situaciones parecidas, tratando, sin éxito, de distraer a su hijo para que éste elija otro juguete. Pero los chicos insisten, se enojan y hasta lloran. Piden, igual que Juan Pablo, un arma para jugar y no hay otro juguete que los conforme. Saben lo que quieren.
Los motivos por los cuales la mamá de Juan Pablo no está de acuerdo con comprarle un revólver son legítimos y seguramente compartidos por muchos padres. Ella dice: "No quiero violencia en casa, bastante con la que hay en el mundo y se ve a diario por televisión. No quiero que luche con su hermano, pueden lastimarse. Tengo miedo de que sólo quiera jugar a matar. No quiero que de adulto sea agresivo. Me asustan las cosas que están pasando actualmente con los chicos y la violencia". Estos y muchos otros argumentos la llevan a decir que no.
Pero los chicos, al igual que Juan Pablo, son insistentes. Quieren un revólver para jugar. Y es así como debe ser escuchado este pedido.
Tanto Juan Pablo, como cualquier otro niño, quieren un arma para jugar. Para jugar a derribar al enemigo, no para derribarlo, para jugara que matan, no para matar. Los chicos, y esto es saludable, dramatizan situaciones y se ponen en la piel de distintos personajes, sean éstos adultos que trabajan, héroes o ladrones. Y necesitan juguetes que los ayuden a componer esos personajes. Cuando el juguete no está, los chicos lo inventan. Un palo puede ser una espada y el escobillón, una ametralladora, y las propias manos un revólver.
Jugar a los policías y a los ladrones, y aun jugar a matar, no significa que necesariamente el juego sea violento. A veces no es ni siquiera agresivo. Los chicos lo explican bien. "Esta
mos jugando" -dicen con calma- cuando se los trata de interrumpir. Por el contrario, hay situaciones y juegos infantiles de muchísima violencia, tanto verbal como física, en donde no interviene ningún juguete bélico. La violencia en el juego no la generan las armas de juguete. La violencia de los niños, que no sólo se manifiesta en el juego, tiene causas mucho más profundas que el permiso de jugar a la guerra, que merecen ser escuchadas y atendidas.
Tampoco la violencia de los adultos se origina por el juego bélico infantil. El adulto violento seguramente ha sufrido situaciones de violencia de cualquier índole, incluida la social, cuando fue niño, que nada tienen que ver con el jugar con revólveres. Es la vio
lencia que los adultos ejercen sobre los niños lo que genera adultos violentos.
Pero un pedido como el de Juan Pablo responde a una necesidad más, entre otras, del juego infantil. Necesitará tanto armas para dramatizar situaciones de agresión, como temperas y colores para explorar su creatividad plástica o juegos didácticos que le propongan un interesante desafío intelectual. Por eso, acceder a la compra de un revólver no trae mayores consecuencias.
Sin embargo, como los chicos suelen ser insistentes en sus demandas, es importante estar atento. Si el pedido es reiterado Y ya fue satisfecho, Juan Pablo, como cualquier otro niño y frente a cualquier otro pedido, deberá conformarse con el revólver que ya tiene en casa. Una cosa es un revólver y otra un arsenal.
Juguetes hay muchos y muy distintos. Que no sean las armas la única alternativa.
La violencia en el juego no la generan las armas de juguete.
La violencia de los niños, que no sólo se manifiesta en el juego, tiene causas mucho más profundas que el permiso de jugar a la guerra.

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